En el salvaje oeste de las criptomonedas – un mundo de promesas de riqueza fácil, proyectos opacos y estafas rampantes – la mayoría de los usuarios estaban indefensos. Cada semana surgía un nuevo fraude: tokens que desaparecían con el dinero de inversores ingenuos, NFTs de colecciones millonarias que terminaban abandonadas, hacks multi-millonarios orquestados por delincuentes digitales anónimos.
Durante mucho tiempo, la única reacción posible era lamentarse y pensar “qué mala suerte”. Pero entonces, de entre las sombras de Twitter, emergió un vigilante anónimo dispuesto a seguir el rastro de aquellos ladrones sin rostro. Bajo el seudónimo de ZachXBT, este detective digital empezó a hacer lo que nadie más: exponer la verdad oculta en las blockchains y desenmascarar a los villanos del ecosistema cripto.
ZachXBT 😍
Su nombre resuena en la comunidad cripto con admiración y algo de temor (dependiendo de qué lado de la verdad se esté). Se trata de un investigador anónimo que actúa como un moderno Sherlock Holmes de las cadenas de bloques. Su historia de origen comienza, como muchas otras de héroes improbables, con una mala experiencia: él mismo fue víctima de estafas cripto. En 2017 invirtió en proyectos de criptomonedas que terminaron siendo rug pulls (estafas donde los creadores huyen con los fondos) y en 2018 una brecha de seguridad vació una de sus billeteras, costándole alrededor de $15.000 dólares en ahorros.
Aquellos golpes le dolieron, pero también encendieron en él una determinación poco común. En lugar de retirarse con cinismo, Zach decidió contraatacar en el único terreno donde los defraudadores creían estar a salvo: la propia blockchain.
Así fue como pasó de ser una víctima más a convertirse en investigador on-chain. Armado solo con su computadora y una ferrea tenacidad, empezó a seguir las pistas que quedan grabadas indeleblemente en las redes descentralizada.
Zach aprendió a rastrear el flujo del dinero digital como un sabueso rastrea un olor. Gracias a la naturaleza pública de las cadenas de bloques, empezó a conectar direcciones de monedero con esquemas fraudulentos, identificando cuáles estaban relacionadas a determinada estafa. Analizando miles de transferencias, seguía el rastro del dinero a través de exchanges y mezcladores de criptomonedas, detectando patrones inusuales que delataban actividades ilícitas.
Sus primeras investigaciones comenzaron a publicarse en forma de hilos detallados en Twitter (X), narrados con precisión casi forense y un toque de intriga. Para el lector casual, aquellos hilos eran apasionantes historias de detectives; para los delincuentes, eran la peor pesadilla: sus tramas cuidadosamente orquestadas quedaban al desnudo, frente a cientos de miles de usuarios. El trabajo de Zach rápidamente atrajo la atención de la comunidad. Sus revelaciones eran tan impactantes y bien documentadas que su cuenta de X ganó un enorme seguimiento – cerca de 700.000 seguidores pendientes de cada nueva entrega, que buscaban aprender a protegerse y ansiaban ver caer a los estafadores.
Pero ¿qué tipo de casos han cimentado la leyenda de ZachXBT? Para entender su impacto, hay que recorrer algunos de sus “expedientes” más notables, dignos de cualquier novela de misterio pero tristemente reales. Cada caso revelado por Zach destapó fraudes asombrosos, con giros inesperados y a menudo consecuencias tangibles – arrestos, recuperaciones de fondos e incluso repercusiones legales.
El golpe de los $243 millones: tras la pista del robo del siglo
El caso que catapultó a ZachXBT definitivamente al estrellato cripto ocurrió en 2023 y comenzó de la manera más mundana: con Zach esperando un vuelo en un aeropuerto. De pronto, su monitor de alertas de blockchain se encendió frenéticamente. Una antigua billetera Bitcoin, inactiva desde 2012, acababa de mover una fortuna: transacciones por un valor total de $243 millones de dólares en BTC cruzaban la red, algo muy fuera de lo común. Zach supo al instante que algo andaba mal.
Descubrió que los fondos pertenecían a un solo individuo – un inversor vinculado a la firma Genesis – y que no se trataba de una ballena moviendo fondos por seguridad, sino de un atraco digital a gran escala.
La víctima había sido engañada mediante ingeniería social: los ladrones se hicieron pasar por soporte técnico de Google y del exchange Gemini para ganar su confianza. Con artimañas lograron que desactivara medidas de seguridad y, en un descuido fatal, que compartiera sus claves privadas a través de una aplicación de acceso remoto. Con esa puerta abierta, los atacantes drenaron más de 4.000 BTC de sus billeteras – en ese entonces valorados en 243 millones – y comenzaron a moverlos vertiginosamente por distintas cuentas y exchanges para intentar borrar el rastro.
Lo que no sabían es que al otro lado del mundo alguien ya iba tras ellos. ZachXBT, incansable incluso a kilómetros de altura, rastreó cada transferencia, mapeando cómo los bitcoins robados saltaban de una cartera a otra. Antes de que el avión aterrizara, ya había identificado a tres sospechosos principales detrás del golpe: Malone “Greedy” Lam, Jeandiel “Box” Serrano y Veer “Wiz” Chetal.
En las semanas siguientes, Zach continuó reuniendo pruebas y colaboró estrechamente con las autoridades, compartiendo su investigación. La recompensa a ese esfuerzo llegó pronto: los tres responsables fueron arrestados, sus nombres expuestos al público en una humillante revelación, y más de $79 millones de dólares del botín fueron localizados y congelados por las fuerzas del orden antes de que pudieran ser blanqueados.
Fantasmas de millones: NFT y promesas rotas
ZachXBT no solo ha perseguido grandes robos de criptomonedas, también ha iluminado rincones oscuros del boom de los NFTs, donde abundaron promesas de proyectos revolucionarios que acabaron en fiasco. Dos casos resaltan como advertencias de esa fiebre especulativa:
A inicios de 2022, en pleno furor de los coleccionables digitales, un proyecto llamado Pixelmon sedujo a miles de inversores con una premisa irresistible: crear un videojuego estilo Pokémon en el mundo cripto, financiado con la venta de NFTs. La campaña fue un éxito rotundo y recaudó cerca de $70 millones de dólares vendiendo NFTs que supuestamente representarían criaturas 3D de alta calidad dentro del juego. Sin embargo, cuando finalmente se revelaron las imágenes de esos NFT, la realidad golpeó como un balde de agua fría: los adorables monstruos prometidos resultaron ser figuras de bajísima calidad gráfica, toscas y risibles. La comunidad pasó de la anticipación a la indignación; Pixelmon se convirtió en sinónimo de decepción y burla en cuestión de días.
ZachXBT, oliendo el engaño, se sumergió en las tripas del proyecto para seguir el rastro del dinero. Sus hallazgos fueron escandalosos: gran parte de los $70 millones obtenidos no se estaban usando en desarrollar ningún juego, sino que los fundadores habían malversado fondos en lujos personales, incluyendo la compra de carísimos NFTs de otras colecciones de renombre. Con evidencia on-chain, Zach descubrió, por ejemplo, que se gastaron 400 ETH (una suma de siete cifras en dólares) en NFTs de Bored Ape Yacht Club y Azuki – compras que nada tenían que ver con Pixelmon ni beneficiaban a los inversores que confiaron en el proyecto. La presión de esta exposición pública fue insostenible: los desarrolladores originales de Pixelmon renunciaron a continuar, y hacia septiembre de 2022 un nuevo equipo tomó las riendas intentando resucitar el proyecto del descrédito. Gracias a Zach, el fraude fue revelado a tiempo, evitando que más personas cayeran y forzando a los responsables a enfrentar el escrutinio público.
Otro caso sonado llevó a ZachXBT a investigar una colección NFT llamada Rogue Society. Este proyecto, lanzado en septiembre de 2021, vendió 15.777 NFTs con la promesa de construir un vasto universo de ciencia ficción en torno a ellos. Recaudaron unos $5,5 millones de dólares en la venta inicial, alimentando ilusiones de una comunidad vibrante y un gran desarrollo a futuro. Pero tras llenar las arcas, los fundadores de Rogue Society se esfumaron entre las estrellas que prometían: no hubo juego, ni metaverso, ni nada concreto, solo silencio y abandono.
La comunidad sospechaba una estafa, y Zach se propuso confirmarlo. Siguiendo las transacciones y analizando a los involucrados, identificó al fundador, Jahvin Bowman, y destapó que todo había sido un engaño premeditado desde el inicio. Bowman y su equipo, según reveló Zach, incluso organizaron concursos falsos de “paga y gana” después del lanzamiento para ordeñar todavía más dinero de los miembros despistados de la comunidad.
En definitiva, Rogue Society fue un rug pull de libro, y gracias a la investigación de ZachXBT quedó expuesto ante todos. Aunque los fondos ya habían volado a billeteras privadas, al menos quedó claro quiénes estaban detrás del fraude, probando una vez más que en la blockchain ninguna mentira permanece oculta eternamente.
Influencers bajo la lupa: de Logan Paul a los gurús cripto
Con el auge de las criptomonedas y los NFTs, no solo surgieron estafadores anónimos, sino también influencers famosos dispuestos a aprovechar el momento. Celebridades de YouTube, Instagram y TikTok empezaron a promocionar tokens y colecciones digitales a sus audiencias millonarias – muchas veces sin entender realmente lo que vendían, o peor, entendiéndolo muy bien y aun así engañando a sus fans a cambio de dinero rápido. ZachXBT hizo algo que pocos se atrevían: investigó también a estas figuras públicas, siguiendo el dinero para descubrir qué había detrás de sus recomendaciones entusiastas. Los resultados fueron reveladores y encendieron polémicas enormes.
Uno de los enfrentamientos más notorios fue con Logan Paul, la estrella de YouTube reconvertida en impulsor de proyectos cripto. A mediados de 2021, en pleno apogeo de las altcoins meme, Logan promovió una serie de criptomonedas de dudosa seriedad – tokens con nombres extravagantes como Dink Doink, Elongate o $FLOKELON. Con su enorme influencia, logró que muchos de sus jóvenes seguidores invirtieran en esos proyectos por puro efecto fanático. Pero ZachXBT examinó la historia de esas monedas y descubrió un patrón turbio: eran esquemas típicos de “pump and dump” (inflar y volcar) donde Logan Paul y los creadores de los tokens se llenaron los bolsillos a costa de sus seguidores.
Básicamente, promocionaban el token, el precio subía por la demanda de los incautos seguidores, y luego los insiders vendían en el pico dejando al resto sosteniendo monedas sin valor. Zach no solo señaló esto, sino que aportó pruebas concretas de las transacciones que vinculaban a Logan con estas maniobras. La reputación de Logan Paul en el espacio Web3 quedó seriamente dañada; hasta el día de hoy lo persiguen las acusaciones de involucramiento en estafas cripto – incluida la debacle de su proyecto CryptoZoo, que más adelante también resultó un desastre lleno de promesas incumplidas y controversias públicas.
Otro titán de las redes cripto que terminó bajo el escrutinio del detective fue Ben Armstrong, más conocido como BitBoy Crypto.
BitBoy se había erigido como uno de los mayores “gurús” de YouTube en materia de criptomonedas durante los años de bonanza, con cientos de miles de seguidores pendientes de sus consejos de inversión diarios.
Él se presentaba como un entusiasta bien informado, pero los hilos de ZachXBT destaparon una realidad mucho más cínica. Tras un meticuloso seguimiento de fondos, Zach reveló que BitBoy cobraba sumas considerables – entre $2.500 y $40.000 dólares por cada proyecto – a cambio de promocionarlo en sus canales. Es decir, muchos de los tokens que BitBoy entusiastamente recomendaba en realidad eran shillings pagados, no opiniones honestas. Y peor aún: varios de esos proyectos resultaron ser estafas descaradas, rug pulls que dejaron pérdidas en la comunidad. Zach identificó al menos siete proyectos fraudulentos impulsados por BitBoy mediante promociones pagadas encubiertas.
Cuando este escándalo salió a la luz, la credibilidad de BitBoy quedó hecha añicos. El supuesto paladín cripto pasó a ser visto como un mercenario del peor tipo. Tiempo después, envuelto en múltiples polémicas y enfrentamientos, BitBoy fue prácticamente expulsado del mundo cripto, incluso perdiendo el control de su propio canal.
La investigación de ZachXBT fue un factor clave que precipitó su caída, marcando un precedente: nadie, ni siquiera las personalidades más famosas, estaba por encima de la verdad on-chain.
Enfrentando al villano millonario: la batalla legal contra Machi Big Brother
Hasta ahora, cada historia parecía terminar con ZachXBT victorioso, los malhechores descubiertos y, en algunos casos, castigados. Pero en 2023 ocurrió algo distinto: uno de sus objetivos decidió contraatacar abiertamente. Fue quizás el desafío más peligroso que nuestro detective anónimo enfrentó, porque el combate se libró en tribunales de carne y hueso, donde la verdad a veces queda eclipsada por el poder y el dinero. El antagonista en cuestión: Jeffrey Huang, conocido en las redes Web3 como Machi Big Brother – un acaudalado empresario taiwanés-estadounidense, exestrella de la música y prominente coleccionista de NFTs. Machi era famoso en el mundillo cripto por sus cuantiosas inversiones y también, según el olfato de Zach, por estar relacionado con varios proyectos turbios.
En junio de 2022, ZachXBT publicó quizás su investigación más explosiva hasta la fecha: un extenso artículo titulado “22,000 ETH malversados y más de diez proyectos fracasados: la historia de Machi Big Brother (Jeff Huang)”.
En ese dossier, resultado de meses de seguimiento, acusaba a Huang de haber malversado 22.000 ETH (unos $37 millones de dólares) de un proyecto financiero llamado Formosa Financial en 2018, además de destapar su participación en numerosos emprendimientos cripto y NFT que acabaron en estafa o fracaso estrepitoso. Era un golpe directo a la reputación de Machi, respaldado por datos on-chain y evidencias difíciles de refutar. Huang, como era de esperar, negó categóricamente las acusaciones y se mantuvo en silencio público durante un tiempo. Pero un año después, dió un paso que pocos esperaban: llevó a ZachXBT ante la justicia.
En junio de 2023, Jeffrey Huang demandó a ZachXBT por difamación en una corte federal de Texas, alegando que el investigador anónimo lo había retratado falsamente como un delincuente y le había causado un perjuicio irreparable a su buen nombre.. La noticia sacudió a la comunidad. Zach, un individuo anónimo que ni siquiera lucraba con sus investigaciones, se enfrentaba ahora a un millonario con recursos aparentemente ilimitados para litigar. Él mismo lo describió como “una clásica historia de David contra Goliat”, y no le faltaba razón.
Además del riesgo financiero, la demanda de Huang implicaba un peligro más sutil: podría forzar a ZachXBT a revelar su identidad civil, algo que él había evitado cuidadosamente para protegerse. Muchos temieron que, ganar o perder en los tribunales, esta jugada de Machi buscaba callar al detective y asustar a otros que quisieran seguir sus pasos, creando un efecto escalofrío en los denunciantes de malas prácticas.
Pero entonces ocurrió algo asombroso: la misma comunidad cripto a la que Zach había servido salió en su defensa de forma multitudinaria. Cuando ZachXBT anunció en Twitter que necesitaría ayuda para costear los elevados gastos legales – “pido su ayuda para que la verdad sobreviva”, imploró – las donaciones comenzaron a llover. En **menos de 24 horas se recaudaron más de $1 millón de dólares para su fondo legal. Grandes figuras de la industria aportaron públicamente: el CEO de Binance, Changpeng “CZ” Zhao, y el cofundador de Kraken, Jesse Powell, estuvieron entre quienes contribuyeron con sumas importantes.
Empresas enteras como Coinbase, Binance y OKX también pusieron de su parte en esta inesperada colecta comunitaria. El mensaje era claro: la comunidad respaldaba a ZachXBT y no permitiría que un potentado tumbara a su detective por decir la verdad.
Quizá sintiendo la presión de la opinión pública (y viendo flaquear su caso), Machi Big Brother optó finalmente por retroceder. En agosto de 2023, apenas dos meses después de iniciada, Huang retiró voluntariamente la demanda.
El caso Machi demostró que incluso cuando un objetivo intenta intimidarlo legalmente, Zach cuenta con aliados y buena voluntad acumulada gracias a sus años de servicio desinteresado.
El rastro de los hackers y la cooperación con la ley
Mientras lidiaba con demandas y exponía influencers, ZachXBT no dejó de lado otros frentes igual de complejos. De hecho, buena parte de su tiempo en 2023 lo dedicó a una serie de investigaciones internacionales que son materia digna de agencias de inteligencia: el seguimiento de las actividades ilícitas del Grupo Lazarus, la notoria célula de hackers patrocinada por Corea del Norte. Estos actores estatales habían atacado múltiples plataformas DeFi, exchanges y proyectos, robando fortunas en criptomonedas para financiar al régimen norcoreano. Sus tácticas eran sofisticadas, pero no contaban con que un analista independiente les pisara los talones.
Zach se obsesionó con descifrar cómo Lazarus lavaba los activos robados. Tras un arduo análisis de ataques ocurridos en varios años, logró mapear más de $200 millones de dólares en fondos saqueados por Lazarus a lo largo de al menos 25 hacks distintos entre 2020 y 2023.
Sus reportes mostraron cómo esa red movía el dinero a través de mezcladores, bridges entre blockchains y exchanges poco estrictos para convertir cripto en fiat (dinero tradicional), construyendo un elaborado circuito de lavado de dinero digital. Muchas de esas brechas ni siquiera se conocían públicamente hasta que Zach sacó a la luz las conexiones; más de la mitad de esos robos no habían sido revelados antes de que él publicara sus hallazgos.
Gracias a estas investigaciones, se identificaron cuentas y wallets ligadas a Corea del Norte, permitiendo a plataformas y autoridades congelar millones en activos antes de que desaparecieran. Zach incluso descubrió algo alarmante: ciudadanos norcoreanos se habían infiltrado en equipos de desarrollo de proyectos cripto internacionales (haciéndose pasar por devs freelancers) para facilitar esos delitos La información que proporcionó resultó de enorme valor para la comunidad de seguridad; de hecho, agencias gubernamentales comenzaron a prestarle atención seria a sus reportes. Colaborando con la policía y el FBI, Zach ha ayudado en casos de gran perfil: por ejemplo, aportó inteligencia que condujo a la incautación de $260.000 dólares en NFTs robados (incluyendo valiosos Bored Apes y Doodles) de un conocido estafador de phishing identificado por él. Sus investigaciones incluso han sido citadas como evidencia en procesos legales y criminales en curso, un reconocimiento inusual para un civil anónimo, pero bien ganado por la precisión de sus datos.
El costo de ser el detective cripto
La historia de ZachXBT, por muy heroica que suene, no está exenta de dificultades y peligros. Al fin y al cabo, desenmascarar estafadores profesionalmente te gana enemigos poderosos y rencorosos. Desde los primeros días de su cruzada, Zach ha debido lidiar con el lado amargo de decir la verdad: trolls enviándole insultos, amenazas veladas de demandas (como la que Machi materializó), intentos de hackeo y doxeo para descubrir su identidad, e incluso estafadores tratando de suplantar su identidad en redes para engañar a la gente. “Exponer fraudes en el mundo cripto a menudo implica enfrentar abusos y amenazas legales por parte de los implicados”, explicó una vez.
Esa es la razón por la cual permanece en el anonimato: es su armadura protectora. Zach entiende que si su nombre real saliera a la luz, podría convertirse en objetivo de venganzas, demandas sin fundamento destinadas a intimidarlo o algo peor. Mantener su privacidad le permite seguir investigando con libertad, sin mirar por encima del hombro a cada instante. Aun así, cargar con la máscara de investigador solitario tiene su peso emocional; sabe que cada tweet puede enfurecer a alguien con recursos, y sin embargo no se calla.
Por fortuna, no está solo. La comunidad que lo apoya actúa también como su red de seguridad. Cuando alguien intentó demandarlo injustamente, cientos salieron a respaldarlo moral y económicamente. Cuando circulan rumores o ataques contra él, muchos salen a desmentirlos usando los mismos datos verificables que Zach les ha enseñado a apreciar. Y en un giro casi poético, sus contribuciones han sido reconocidas por figuras a las que él mismo admira. Un ejemplo memorable: Beeple, el célebre artista de arte digital (famoso por vender un NFT en $69 millones), creó una obra única dedicada a ZachXBT para honrar su aporte al espacio cripto. En la ilustración, Beeple retrató a Zach como un caballero enmascarado combatiendo a criaturas simbólicas de estafas, un tributo colorido al “detective anónimo que lucha por la comunidad”. Que uno de los artistas digitales más famosos del mundo le rinda homenaje demuestra el nivel de respeto que ha ganado.
Y hasta aquí.
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Muy buen e interesante artículo!!!Muchísimas gracias!
Pegado a la silla hasta la última línea. Brutal